jueves, 26 de marzo de 2020

PREGÚNTALE AL CUERPO



A veces creemos que todas las respuestas están en nuestra cabeza. Sin embargo, en el tema de las emociones en muchas ocasiones nuestra cabeza anda muy despistada. A veces solo llego a distinguir que me siento raro, mal...pero no me sabe responder nada más concreto.

Nuestra mente a veces
no sabe respondernos.


Pero resulta que tenemos otro elemento muchas veces olvidado que nos puede ayudar. Y no es otro que nuestro cuerpo. Las emociones suelen estar acompañadas por una sensación corporal, que puede ser más o menos agradable, así que lo que podemos hacer es rastrear esta sensación y preguntarle.

"Tengo una opresión en el pecho", "me cosquillea el estómago", "es como si me costara tragar", "siento como un peso en la espalda"...son solo algunas de las sensaciones que nos pueden surgir en el cuerpo.

Tenemos sensaciones corporales
reconocibles que 
nos pueden dar respuestas.

Podemos ayudarnos haciendo también un juego metafórico y poner símbolos o imaginación a lo que nos ocurre. "tengo el pecho como si me lo pisara un elefante", "es como si tuviera culebrillas por el estómago", "parece que tuviera una soga aprentandome la garganta"...

Es entonces cuando puedo preguntarme: cuando tengo el pecho como si me lo pisara un elefante ¿cómo me siento? Tengo sensación de agobio, angustia...así que ¡ya tengo una respuesta!

Otro ejemplo podria ser: "tengo las piernas rígidas y pesadas como dos columnas". Así que entonces percibo que me siento paralizado o bloqueado, y veo que estoy confuso, perdido o asustado...

Podemos por tanto encontrar
las emociones que se esconden
tras las sensaciones corporales.

El cuerpo esconde muchas veces aquellas respuestas que la mente no acierta a darnos, así que...

¡¡Pregúntale al cuerpo!!

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