lunes, 30 de marzo de 2020

¡NO SEAS TU PROPIO JUEZ! (Ni el de los demás)



           

Cuántas veces me descubro diciéndome a mí mismo cosas como: "soy un vago", "soy tonto", "soy un torpe", etc.

Estas afirmaciones son juicios hacia nosotros mismo que no hacen más que minar nuestra autoestima y nuestra forma de vernos en negativo.

Los juicios hacia uno mismo 
pueden dañar mucho nuestra autoestima.

No os vamos a decir que NO lo hagáis...realmente no hacerlo es bastante difícil y podría servir para seguir maltratándome al pensar que no lo consigo...y volver a la rueda.

Sino que estéis atentos cuando lo hacéis. Que os suene una alarma interna. Una luz roja que te diga: ¡Eh! tranqui, a ver, piensa un poco.

Y cuando suene la alarma os preguntéis: ¿Qué significa eso de que soy un vago? ¿Cuándo?

Cuando lo hagas 
haz que suene una alarma interna.

Normalmente son reacciones ante una situación determinada y que simplifico terriblemente para mí mismo. Lo explicamos mejor: Si no me he levantado a la hora que quería y no me ha dado tiempo a hacer las tareas de clase ni a recoger bien mi habitación...puede que me juzgue y culpabilice y me diga a mí mismo SOY UN VAGO. Es entonces cuando me tiene que sonar la alarma y puedo seguir estos 5 puntos que me ayuden:

1. Los juicios son un comportamiento no una cualidad de mi ser. No es lo mismo me he comportado de forma perezosa que soy un vago.

2. ¿En qué momentos No actúo con pereza? Seguro que hay montones de momentos del día que es diferente y me comporto de manera más diligente, activa...búscalos.

3. ¿Qué es lo que hace que actúe así? Puede que me haya faltado motivación o estrategia. Elaboro un plan o estrategia para hacerlo de otra manera la próxima vez.

4. La culpa y el juicio pueden actuar como paralizador: "como soy un vago no hago esto o lo otro y viceversa como no lo hago, pues es que soy un vago". Y todo encaja perfectamente para mi malestar.

5. O por el contrario pueden actuar de movilizadores si los transformo en responsabilidad y en acción. Me hago cargo de aquello que no me ha salido bien o no me ha gustado y llevo a cabo una acción para cambiarlo.

Transforma tus juicios en Responsabilidad
y en Acciones.

Por último aplica el mismo razonamiento antes de emitir un juicio sobre los otros y...

¡haz que te suene la alarma!


No hay comentarios:

Publicar un comentario